miércoles, 18 de febrero de 2015

Comenzamos la Cuaresma


Con la imposición de las cenizas hemos comenzado el tiempo santo de la Cuaresma. La Iglesia nos ofrece 40 días para prepararnos a vivir el misterio de la Pascua. Jesús con los brazos abiertos nos muestra su inmenso amor a cada uno de nosotros. Comenzamos este camino por el desierto cuaresmal como hicieron los israelitas hacia la tierra prometida. ¡Cristo muerto y resucitado es nuestra tierra prometida!
Hoy todos los miembros de nuestra comunidad educativa hemos pasado a recibir la ceniza y hemos escuchado la invitación: ¡Conviértete y cree en el evangelio!
En primer lugar nos invita a cambiar: ¡Convertíos! Consiste en cambiar de mirada, en dejar de mirarnos a nosotros mismos y poner nuestros ojos en Jesús. La conversión no es cuestión de un momento sino de un estado de vida, se trata no tanto de cambiar cosas sino de vivir en continuo estado de conversión, en vivir, como diría San Pablo a los hebreos, con los ojos fijos en el que inició y completa nuestra fe, Jesús (Hb 12, 2).
En segundo lugar nos invita a ver: ¡Creed! En esto consiste la fe, en ver. Si la conversión implica mirar a Cristo y dejarse de mirar a uno mismo y dar vueltas entorno a uno, la fe implica mirar como Cristo. En esto nos insistió el papa Francisco en la encíclica Lumen Fidei:  La fe no sólo mira a Jesús, sino que mira desde el punto de vista de Jesús, con sus ojos: es una participación en su modo de ver (LF. 18). Esta invitación del Señor nos lleva a dar un pasito más en nuestra relación con Él: mirarle a Él y mirar las cosas como Él.
Así comenzamos, por tanto, esta cuaresma: ¡Con los ojos fijos en Jesús!

No hay comentarios: